lunes, 14 de enero de 2013

Pesadilla en la Cocina, Restaurante La Ermita, Madrid


En el nuevo episodio de Pesadilla en la Cocina, Chicote viajó hasta el Restaurante La Ermita, al Norte de Madrid. Éste fue un programa límite, hasta el punto de que, Carlos, uno de los socios, se enzarzó en una fuerte discusión con el chef y a punto estuvo de llegar a las manos con él.


A la llegada de Chicote al Restaurante La Ermita, regentado por tres socios; Marta, Susana y Carlos, lo primero que hace el chef es probar la comida del mismo. Chicote escoge caldo gallego y lubina. La comida llega y, por un lado, el caldo gallego está demasiado salado y, por otro, en vez de servirle lubina, el cocinero se equivoca y le sirve dorada y, además, ésta está cruda y sosa. Así, Alberto se pone a trabajar pero con Carlos no lo tiene nada fácil: Es un hombre prepotente y soberbio que no admite las críticas y define al chef como "tocapelotas mundial".

El siguiente paso es conocer la cocina.  Todo está hecho un asco: Latas en el suelo, bolsas de basura junto a la comida. Y llega la gran bronca: Carlos, echo una furia por las críticas de Chicote se enzarza en una fuerte discusión con él. 

A continuación, llega la primera prueba: Ver como funciona un servicio habitual en el Restaurante La Ermita. Y esto no hace sino afianzar la opinión que tiene Chicote acerca del mismo. Todo es un auténtico desastre. El servicio es nefasto porque las camareras no saben a qué mesa va cada plato ya que éstas ni siquiera está numeradas, las apuntan a razón de "El chico con la camisa de cuadros" o "Las dos chicas rubias"; Y, la cocina no es mucho mejor; Sirven carne y pescado con cenizas de la chimenea. 

Ahora toca intentar solucionar el caos en el que se encuentra La Ermita. Primero, Chicote trata de enseñarles a cocinar un plato que de a conocer la identidad de la empresa, una torta horneada compuesta de pimientos, cebolla, patata y queso rallado ; ¡Y lo hacen entre todos!. Después, se le asigna a cada empleado un papel concreto en el restaurante. Sin embargo, todo sigue siendo un absoluto descontrol en el Restaurante Ermita: En la cocina no se aclaran con las comandas y el servicio sigue siendo un desastre ya que se equivocan de mesa continuamente. 

Por tanto, Alberto Chicote decide llevarse a toda la plantilla al Banco de Alimentos de Madrid, un óptimo ejemplo de organización, un ejemplo que ellos deberían seguir en su restaurante. Y esto parece surtir efecto; Todos los socios empiezan a trabajar en equipo, lo que conlleva una muchísimo mejor gestión y organización de La Ermita. 

¿Creéis que sobrevivirá el restaurante La Ermita?

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